Feministas latinoamericanas y caribeñas en la XIV Conferencia Regional de la Mujer

La Conferencia Regional de la Mujer tuvo su primera reunión en La Habana en 1977. Este espacio apostaba por que las demandas sociales en favor de los derechos de las mujeres y la igualdad de género que empezaban a cruzar los países se convirtieran en compromisos gubernamentales. En 1977 se adoptó el Plan de Acción Regional para la Integración de la Mujer en el Desarrollo Económico y Social de América Latina, que fue la primera hoja de ruta que tuvo la región para avanzar hacia el reconocimiento del aporte de las mujeres a la sociedad y para hacer visibles los obstáculos que enfrentaban para mejorar su situación. Fue también en esa oportunidad cuando los Gobiernos de la región le entregaron a la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) el mandato de convocar, con carácter permanente y regular y en intervalos no superiores a tres años, una Conferencia Regional sobre la Mujer.

 

Feministas latinoamericanas y caribeñas en la XIV Conferencia Regional de la Mujer

La de Santiago fue la Conferencia Regional número catorce y es la primera vez que no hay consenso sino Compromiso. En efecto, la negociación del Compromiso de Santiago estuvo marcada por la posición política anti derechos de las mujeres de los gobiernos de Brasil, Bolivia y Nicaragua que junto a otros países del Caribe pretenden cambiar el curso de la historia y presionan para retroceder en derechos, y por tanto, en los contenidos y el lenguaje acordados durante 43 años.
Las expresiones de las feministas de todas las generaciones presentes en los eventos estuvieron marcadas por el señalamiento categórico de que el modelo económico depredador no va más en ninguno de nuestros países; que en el contexto actual, las democracias están debilitadas y frágiles, y se pretenden instalar conservadurismos capaces de criminalizar y reprimir de la protesta social. 
En este marco, las demanda de las organizaciones feministas a los gobiernos, los organismos internacionales y las agencias de cooperación señaló como prioridad la necesidad de articular al estado, la sociedad civil, organismos multilaterales y otros actores para acelerar la decisión política y la inversión en la igualdad como elemento esencial del logro de los objetivos del desarrollo sostenible.
Es importante señalar por otra parte el reconocimiento de la Conferencia Regional al rol de los movimientos feministas, el trabajo comprometido de las organizaciones nacionales y redes regionales, de las activistas  y defensoras de los derechos humanos de las mujeres a lo largo y ancho de América Latina y El Caribe.

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