Los retos del Presidente electo con las mujeres ecuatorianas

Los retos del Presidente electo con las mujeres ecuatorianas

Rocío Rosero Garcés,

 

 

En la campaña electoral, el 8 de marzo pasado, el candidato presidencial Guillermo Lasso firmó un compromiso con las niñas y mujeres ecuatorianas en el que declara el reconocimiento de nuestros derechos y su intención de convertir a la lucha contra la violencia en una política de Estado; y asegurar la asignación de recursos para implementar la Ley para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres.

Ciertamente que incluyó varias demandas de las agendas de las mujeres y las diversidades LGBTIQ+ que, sin decisión política para elevar de rango el mecanismo de igualdad, corren el riesgo de quedar solamente en el papel. Necesitamos una Secretaría para la Igualdad de las Mujeres y las Diversidades.

Pero, lo más importante es que insistimos en que el Pacto Político-Fiscal formulado desde la Coalición Nacional de Mujeres del Ecuador, en alianza con 14 organizaciones de la sociedad civil propone generar una acción sistemática del Estado sobre las discriminaciones y violencias de género para detener las severas consecuencias de la crisis en la vida de niñas y mujeres, así como el empobrecimiento de gran parte de la población.

En este marco, planteamos la necesidad de concretar el compromiso del Presidente electo con la progresividad de los derechos humanos, al empleo y trabajo digno, la redistribución del ingreso, la reactivación económica, la reinstitucionalización del país, la promoción y fortalecimiento de formas asociativas y económicas solidarias.

El Pacto propone la gestión de las desigualdades estructurales económicas, sociales y de género, para convertirlas en políticas de Estado y un elemento esencial de la recuperación económica y social del país.


Por ello, la política fiscal no puede seguir relegando el derecho de las mujeres y niñas a una vida libre de violencias. Es hora de otorgarle centralidad a los derechos humanos de las niñas y mujeres y la realización de sus proyectos de vida en igualdad de oportunidades.

La promoción de la igualdad debe cerrar el paso al machismo, la homofobia, la intolerancia, la discriminación y la exclusión. El derecho humano básico a una vida libre de violencia para las niñas y mujeres no puede seguir siendo residual en la política fiscal y en las políticas públicas del Estado ecuatoriano.

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